Nació en Brest (Francia) en 1878. Llegó a la China como médico naval, en 1908, pero en sólo seis años se convirtió en músico, arqueólogo, etnógrafo, escritor y opiómano. Retornó decepcionado a Francia cuando el Imperio chino fue derrocado por la República. En París escribió libretos para su amigo Claude Debussy, tradujo de manera desordenada a William Shakespeare y murió misteriosamente en 1919, desangrado, cuando daba un paseo por el bosque. Todos sus libros son de género indefinible y se publicaron luego de su muerte: Estelas, El Hijo del Cielo, Viaje al país de lo real, Ensayo sobre el exotismo, La vida cóncava y, por supuesto, René Leys.